¿Qué ocurre con el uso crónico de opioides?
Utilizar opioides a largo plazo provoca cambios
neuronales los cuales son responsables de la tolerancia, sensitización y
dependencia física hacia estas drogas. La tolerancia se define como una
disminución de la respuesta farmacológica luego de la utilización a largo plazo
de la droga. Con la utilización de opioides también ocurre la tolerancia
cruzada. La tolerancia cruzada implica que, con la utilización crónica de un
tipo de opioide, se puede generar tolerancia por otro tipo de opioide. Utilizar
constantemente los opiáceos puede llevar a la sensitización. La sensitización
es el aumento en la respuesta a un estímulo, luego de estar constantemente
expuesto al estímulo. Factores incluyendo el número de tratamientos, intervalo
entre tratamientos, dosis, sexo, edad y genética pueden afectar el grado de
sensitización.
Otro concepto experimentado por los usuarios de
opioides es la dependencia física. La dependencia física se genera cuando se ha
utilizado crónicamente los opioides, se elimina su uso y provoca los síntomas
de retirada. Los síntomas de retirada son causados por la abstinencia de la
droga. Uno de los efectos que puede surgir por estos síntomas es la muerte.
La tolerancia, sensitización y dependencia que se
genera por la utilización de opioides provoca que ocurra más fácilmente la
sobredosis. Los usuarios de opioides aumentan la dosis de la droga de manera
que esta tenga el mismo efecto inicial. Esto lleva a que ocurra una sobredosis
que puede provocar hasta la muerte.
Referencias:
Cahill, C. M., Walwyn, W., Taylor, A. M., Pradhan, A. A., & Evans, C. J. (2016). Allostatic Mechanisms of Opioid Tolerance Beyond Desensitization and Downregulation. Trends in Pharmacological Sciences,37(11), 963-976. doi:10.1016/j.tips.2016.08.002
Meyer, J. S., Quenzer, L.F., Yates, J. R. (2019). Psychopharmacology: Drugs, the brain, and behavior (Third ed.). New York: Oxford University Press.
Webster, L. R. (2017). Risk Factors for Opioid-Use Disorder and Overdose. Anesthesia & Analgesia,125(5), 1741-1748. doi:10.1213/ane.0000000000002496
La ciencia detrás de la adicción a los opioides
El efecto de refuerzo de las drogas de abuso depende primordialmente en
la activación del sistema mesolímbico de dopamina.
En la figura 1 se demuestra el circuito límbico que indica el sistema glutaminérgico
en rojo, el GABAergico en negro y el dopaminérgico en azul.
Los opioides como el opio, la heroína, codeína,
morfina y muchos otros imitan los efectos de los opioides endógenos como las
endorfinas. En términos científicos, las drogas actúan como agonistas de
receptores de opioides μ, δ y κ. Esto significa que las drogas hacen la función
de los endógenos, aunque los endógenos no estén presentes. Algunos efectos de
los endógenos y de las drogas son euforia, analgesia, sedación, diuresis,
miosis, estreñimiento y depresión respiratoria (Gutstein and Akil, 2001).
El Sistema mesolímbico de dopamina aparentemente
juega un papel importante en el reforzamiento de opioides, ya que, ratas se
administran opioides directamente al área ventral tegmental (Bozarth and Wise,
1981; Devine and Wise, 1994). Estudios sugieren que esto se da por la activación
del sistema dopaminérgico porque estimulación de los receptores μ inhiben la
salida de GABA al área ventral tegmental y esto desinhibe las neuronas dopaminérgicas
en el núcleo accumbens.
La interrupción de entrada de dopamina al núcleo
accumbens debilita la administración de heroína por las ratas. Esto y otros
experimentos parecidos demuestran que el refuerzo del uso de opioides es debido
a la desinhibición de neuronas dopaminérgicas en el área ventral tegmental.
Referencias:
Gutstein, H.B., Akil, H.,
2001. Opioid analgesics. Goodman and Gilman’s The Pharmacological Basis of
Therapeutics, 10th ed. 2001 pp 569–620.
Bozarth, M.A., Wise, R.A.,
1981. Intracranial self-administration of morphine into the ventral tegmental
area in rats. Life Sci. 28, 551–555.
Devine, D.P., Wise, R.A.,
1994. Self-administration of morphine, DAMGO, and DPDPE into the ventral
tegmental area of rats. J. Neurosci. 14, 1978–1984.
No comments:
Post a Comment